miércoles, 4 de enero de 2012

CUENTO DE REYES


Este cuento me lo contó un niño de los llamados “geniecillos” cuando él tenía 9 años y un millón de sueños.  

Hace muy poco…muy poco… en la esquina de esta calle oímos un clac, clac, cloc,… clac, clac, cloc…. Y pensamos: ¿será la cabalgata? Clac, clac, cloc,… clac, clac, cloc,… cada vez se oía más fuerte clac, clac…clac, clac

Esto que te explico, es inventado, en verdad nunca ha pasado; me dijo.

Abrimos la puerta y vimos a tres hombres.

Decían que se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar pero no se parecían para nada. - El Melchor no tenía barba blanca, el Gaspar no tenía nada marrón y el Baltasar no era negro.

Ellos nos dijeron: Dejadnos dormir en vuestra casa, estamos muy cansados y nuestros camellos van con la lengua fuera como los perros. Estamos muy cansados, un poco de hospitalidad.

Les dejamos quedar y a media noche oímos un clic, clic, cloc,…clic, clic, cloc,… clic, clic, cloc,…SSSSSSSSS- pam.

Nos pensábamos que eran ladrones. Nos levantamos, encendimos las luces pero no vimos a nadie. ¿Dónde están Los Reyes Magos? Exclamamos.
Nos pusimos a buscar por toda la casa…..
Y de repente, saliendo del vestidor, aparecen delante de mí los reyes magos de verdad. Y dijeron: Por vuestra generosidad y por habernos dejado dormir en vuestra casa os vamos a conceder un deseo a cada uno.

La mamá pidió una casa hecha de bombones escondidos (porque mi madre tiene bombones escondidos en su habitación y no sabe que yo lo se) era una casa de bombón que no se acabaría nunca hasta que ella se muriera y nunca se deshacía por mucho que lo lamieras.
Mi hermano pidió un vale para poder ir siempre gratis al parque de atracciones y mi hermana un ordenador para ella sola y así poder jugar siempre que quisiera.

Cuando me tocó a mi pedir el deseo no sabía que pedir, me quedé pensativo y pensé, pensé, pensé hasta que se me ocurrió una idea.
Ya lo tengo!!! Pediré una máquina del futuro, del pasado y del presente y así podré ir a cualquier lugar del futuro, del pasado y del presente.

Mi padre pidió algo más valioso que el oro y más valioso que el dinero. Él pidió PAZ PARA TODOS LOS HOMBRES!!!!


Roger, 10 años


Cuando acabó el cuento yo le pedí que me hiciera un dibujo para ilustrarlo y este fue el resultado de un esfuerzo inusitado sentado y con la lengua fuera como todos los que están haciendo un gran esfuerzo para estarse quieto y no “perder el hilo”.




Adelina Barbero
Psicóloga Infantil

No hay comentarios:

Publicar un comentario