lunes, 28 de noviembre de 2011

¿TU NUNCA TIENES MIEDO?

¿¿¿QUE PASA???,
¡¡¡ES QUE TU NUNCA TIENES MIEDO!!!

Érase una vez un terapeuta de la educación que “jugaba” con un chico….

- ¡¡¡Cuidado Cristóbal!!! decía el monitor teatralizando la situación. Es muy peligroso pasar por el bosque, has de mantener el equilibrio sin caerte y prestar mucha atención a tu cuerpo. Sino, vendrá el ogro malvado y te atrapará y nunca podrás llegar al castillo ni encontrarte con la princesa!!!  

- ¡No puedo! dijo Cristóbal desde el otro lado de la sala.

-¡¡¡Vamos hombre!!! Exclamó el monitor. No digas mentiras. ¡¡¡Claro que puedes!!!

Cristóbal abandonó el juego y se tumbó en un rincón de la sala, a la vez que repetía: No, no puedo.
- Dí que no te da la gana, dijo el monitor. Porque poder yo sé que puedes. A ver dime: ¿Porque no puedes?

- Tengo miedo, dijo Cristóbal.

- Ja, Ja, Ja,... ¿Miedo?  ¡¡¡¡¡Cómo puedes tener miedo!!!! ¡¡¡No se puede tener miedo!!!  dijo el monitor con la misma rotundidad con la que un día y no tan lejano, se lo dijeron a él.  

- ¿¿Qué pasa?? ¿Es que tú nunca tienes miedo? gritó Cristóbal ofendido, con voz desafiante y mirándole fijamente a los ojos.

Sus palabras resonaron en el terapeuta como un gran bofetón y durante unos segundos su rostro palideció.

Estaba claro que Cristóbal podía entrar en el pensamiento del otro y conocer aquellas estructuras mentales que pertenecen a la íntima y privada forma de entender e interpretar la vida y la realidad.

Pero… ¿que sucede cuando un niñ@ “toca” un punto de conflicto no resuelto en la vida personal de su educador?

Todos sabemos la respuesta a esa pregunta, en parte porque todos tenemos áreas de conflicto no resueltas que obedecen a conflictos que nuestros padres no supieron resolver y por lo tanto no pudieron ofrecernos una respuesta clara, concisa y contundente con la que afrontar y resolver la duda.

Como consecuencia aparece la gran laguna, el gran vacío que todos tenemos en algún lugar de nuestra alma y que hemos rellenado con diversos y variados mecanismos de defensa (negación, sobrecompensación,…)  

El terapeuta, que había permanecido en un rincón guardando silencio mientras observaba aquel devenir de sucesos, dijo mirando a Cristóbal.

- Yo si tengo miedo. A veces tengo miedo.

- ¿Y qué haces cuando tienes miedo? preguntó Cristóbal.

Después de unos segundos y ante la atenta mirada de Cristóbal dijo: 

- A mi no me gusta tener miedo porque me siento asustado, pequeño, solo, y pienso cosas feas y a veces me pongo a llorar y quiero que alguien venga a ayudarme y estoy muy triste y pienso que nunca podré superarlo y es como si todo fuera oscuro y negro, y… de nuevo se hizo el silencio.

Cristóbal no perdía de vista los ojos del terapeuta como quien busca un gran tesoro escondido. Porque todo aquello que el terapeuta expresaba con palabras confusas e imprecisas era captado por Cristóbal en forma de conocimiento sentimiento a través de la capacidad empática de aquello que llamamos intersubjetividad.

Luego añadió, con una tímida sonrisa dibujada en la comisura de sus labios y como quien ha perdido la vergüenza a desnudar sus pensamientos ante el otro y poder ser rechazado por él.

- ¿Quieres que te explique lo que hago para vencer mi miedo?

Cristóbal asintió con la mirada.
- En verdad, tengo un secreto que vive en mí y que yo conozco, es como si fuera mi gran tesoro.  Verás, yo soy una persona inteligente y cuando siento el miedo dentro de mí, busco con mi inteligencia ideas que me ayuden a hacerlo desaparecer. Es decir, Cuando tengo miedo y todo lo veo de color negro, sé que puedo utilizar mi inteligencia para esforzarme, trabajar y decirme a mi mismo que luchando puede ser que consiga aquello que deseo pero sin luchar nunca lo conseguiré. Tú sabes que el enemigo del miedo es la fe, la confianza, la esperanza,…!!! Pues con la inteligencia se puede construir ideas que vencen al miedo.

- ¡¡¡Sabes!!! Añadió el terapeuta. Tú también eres un chico inteligente y tienes que aprender a construir con tu inteligencia ideas que te ayuden a salir del miedo. 

Cristóbal se levantó de su rincón y dijo alzando la voz.  

- Yo soy inteligente!!!... y se adentró en el bosque oscuro en busca de…


- ¿Te puedo hacer una pregunta? dijo el terapeuta.
- , asintió Cristóbal
- ¿Cuál es tu miedo?
- Que si me equivoco no podré encontrar a mi princesa.

… una ilusión.



Adelina Barbero
Psicóloga infantil

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