lunes, 5 de septiembre de 2011

CUERPO, CORPORALIDAD Y ESQUEMA CORPORAL


El desarrollo del esquema corporal es la base para la construcción del ser humano. Sin cuerpo no hay pensamiento, no hay conciencia, no hay voluntad, no existe el YO.

En todo proceso de desarrollo humano la interiorización del conocimiento del YO y el posterior conocimiento del YO SOY se inicia en los primeros momentos de la vida en el encuentro con el otro a través del tacto.

“El abrazo, el susurro, las caricias, el suave cosquilleo de los dedos de mamá y/o papá deslizándose por la piel del bebé van configurando la identidad corporea del niñ@”.

Dicha identidad se construye a través de la información interoceptiva procedente de estímulos que recibimos desde el interior de nuestro cuerpo (tacto profundo, temperatura, dolor, movimiento) y de los estímulos exteroceptivos que son los que recibimos desde el exterior (a través del tacto superficial, la vista, el oído, el gusto, el olfato).

“Su cuerpo es el primer espacio que ha de conquistar el bebé.

Pero este primer encuentro espacial requiere siempre de la presencia de “el otro”. En un primer momento el bebé recibe estímulos del exterior y de las diferentes partes de su cuerpo. Solamente la repetición de los estímulos acabará convirtiéndolos en sensaciones que a su vez se asociarán a los diferentes estados afectivos y darán lugar a experiencias que poco a poco irán configurando la representación mental de sí mismo.

En un primer momento el niñ@ percibe estímulos que se convierten en sensaciones agradables o desagradables.

Es de suma importancia que padres y educadores sean conscientes de que es en esta etapa donde el niñ@ construye la estructura básica de su identidad corporal, o sea, de su corporalidad.

En este primer nivel el bebé es un ser sintiente que se sitúa en la etapa neonatal según la Teoría de niveles armónicos del desarrollo.

A los que interese este tema de manera especial recomiendo el libro “Técnicas de cachorreo aplicadas a la estimulación precoz” (C.E.M.E.D.E.T.E).

En la medida en que el sistema nervioso va madurando y por repetición de experiencias y vivencias, y no por actos aprendidos, el niñ@ va localizando cada sensación así como las diferentes partes de su cuerpo dándoles un código de conocimiento referido a sí mismo.

Estos códigos sintientes de conocimiento se trasforman en códigos simbólicos de conocimiento que toman la estructura verbal de un idioma (aquel en que le hablan sus padres) y se van convirtiendo en la primera forma de comunicación del niñ@ con el mundo del entorno y consigo mismo.

Con la aparición de la consciencia el niñ@ asociará la idea de cuerpo a la de YO.

Es en el cuerpo (cerebro)  donde se estructuran los códigos que identifican el conocimiento de los estados afectivos y emocionales con los que la vivencia de su cuerpo elabora el fundamento indispensable en la construcción y desarrollo del SER HUMANO ADULTO.



Adelina Barbero
Psicóloga Infantil

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